La palabra de esta semana no es nueva, aunque sí reciente. De hecho, el prestigioso diccionario
Oxford de inglés la eligió el pasado mes de noviembre como "palabra del año" porque ha sufrido un aumento de (¡atención a la cifra!)17.000% de seguidores. Lo que está claro es que se popularizó el pasado mes de diciembre, durante los funerales de estado de Nelson Mandela, cuando circuló por todo el mundo la instantánea que recogía el momento en que Barak Obama, David Cameron y Helle Thorning- Schimdt se sacaban una fotografía a sí mismos por medio de un smartphone con la finalidad de publicarla en las redes sociales. Es decir, se hacían un selfie. Más aún, según The Guardian, se sacaban el "Ultimate selfie" (el selfie de los selfies). Adjuntamos la imagen por si acaso alguien aún no sabe de qué estamos hablando
La etimología de la palabra está clara: viene de "self", "uno mismo". ¿Sustituye, pues, esta palabra a la clásica "autorretrato"? ¿Empezaremos a hablar del famoso "selfie" de Durero que cuelga en las paredes de El Prado? ¿Se dirá que Rembrant tenía una compulsiva manía de hacerse "selfies"? Afortunadamente, no.
Dos son las principales diferencias entre el autorretrato y el "selfie". Una, es la forma de hacerlo: por medio de dispositivos electrónicos de última generación. La otra es que el afán de pasar a la posteridad de artistas como los antes citados está a años luz del egocentrismo de los asiduos al selfie que creen que todos necesitamos saber en todo momento dónde y con quién se encuentran.
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