Américo Vespuccio |
En el mundo de la ciencia y los descubrimientos, muchos científicos pasan a la posteridad junto con sus aportaciones. Es el caso de Louis Pasteur y su procedimiento de pasteurizacion, o de John Langdon Down , autor del primer gran estudio sobre pacientes a los que, desde entonces, se conoce como síndrome de Down ; cercanos a estos epónimos estarían otros dos que designan códigos para comunicarse: el código Morse y el código Braille. Y eso por no hablar de aquellos científicos que han dado nombre a unidades como Volta, ( Voltio), Ohm (Ohmio), Watt (Vatio)o Julio (julio). En el mundo de la química varios elementos químicos tienen su origen en epónimos, como el Einstenio (Albert Einstein), el Nobelio (Alfred Nobel) o el Mendelevio (en honor al organizador de la tabla periódica de los elementos, Mendeleyev).
A Marie Curie le debemos el nombre del elemento químico Curio, y a su patria, Polonia, el del Polonio. |
Pero quizás los epónimos más curiosos sean aquellos en los que por usar un objeto que tenia otro nombre terminó por tomar el del personaje que lo utilizaba. ¿Alguien puede imaginarse a Don Francisco de Quevedo sin las lentes que desde el siglo XVII reciben su nombre? ¿Quien depositase al bíblico Moisés en una cesta de mimbre sería consciente de que a partir de este acto las canastillas para bebé pasarían a llamarse "moisés"? ¿Sospecháis qué prenda de ropa hizo popular el bailarín J. Leótard? ¿Estará orgulloso el doctor Guillotin de que tanta gente haya perdido la cabeza por su invento? ¿Sabía J.M. Barrie que al mismo tiempo que estaba creando un personaje inmortal de la literatura también estaba bautizando a un tipo de medias al crear a Peter Pan? Poco imaginaba J. Montange que su aficción a las cartas y a no perderse ni una sola partida culminaría en uno de los tentempiés más conocidos: para no dejar de jugar pidió que en medio de dos rebanadas de pan colocasen carne, embutido o algo consistente... Me olvidaba de decir que el título nobiliario de este inglés era ¿lo adivinaís? Conde de Sandwich. Y, siguiendo en el terreno culinario, ¿no es bastante injusto que quien haya pasado a la historia por apasionarse por una salsa sea el conde de Bechamel y no el cocinero que ideó tal ingenio?
Jules Leotard |
Y podriamos seguir repasando y citar a al- Jwarizmi y los algoritmos, o a Paolo Cineli, responsable del personaje de Polichinela y tantos otros...pero si os habéis quedado con ganas de conocer más epónimos os recomiendo este enlace del blog La curiosidad mató al hombre.
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