Un poema (de los muchos que podríamos escoger de su autor) que aúna las dos constantes en su poesía: el deseo de amar y el peaje que va a tener que pagar. Cernuda se muestra oprimido a la hora de poder entregarse abierta e intensamente al amor y cierra su poema con tres de los versos más impactantes y emotivos de la literatura española.
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Reproducimos aquí el texto del poema y, además, añadimos la interpretación que de este ha hecho el actor Israel Elejalde dentro del proyecto Amamos la poesía
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor
por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco
sino la libertad de estar preso
en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
c
omo leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente,
con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Gracias por poner estos poemas. Luis Guereñu.
ResponderEliminarGracias a ti por estar ahí, Luis.¡¡ Un abrazo!!
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