Hoy 1 de noviembre, día de difuntos, parece que la muerte impregna todo nuestro entorno. Y este blog tampoco escapa de su influjo. Por eso dedicamos nuestro poema del mes al que ha sido considerado como la mejor elegía en lengua castellana: Las Coplas, de Jorge Manrique, a la muerte de su padre. Con estas 40 coplas de pie quebrado Manrique persigue una triple intención: rendir homenaje a la figura de su padre, mostrarlo como modelo de conducta a sus contemporáneos y hacernos reflexionar sobre la muerte que llega "tan callando" y que nos iguala a todos.
Las Coplas son un compendio de los tópicos medievales: el poder igualatorio de la muerte, la vida como camino y tránsito hacia la única vida verdadera: la vida eterna, el desprecio hacia los bienes materiales, el peligro de confiar en la Fortuna, siempre mutable, la fugacidad de la vida... todo ello plasmado con un estilo sencillo, a la par que cuidado y en versos que forman ya parte de nuestra cultura y de la memoria colectiva.
Dado que la excusa para recordar estos versos es la fecha en que recordamos a los difuntos, a los que se han ido después de que la Muerte, igual que hizo con don Rodrigo Manrique hemos seleccionado las estrofas en que don Rodrigo acepta resignado la visita de la Muerte e irse con ella. No es una Muerte amenazante, terrible, sino que tranquiliza al Maese recordándole todos los logros que ha conseguido en vida y que le asegurarán, no solo un puesto en la vida eterna, sino también en el imaginario colectivo, pues ha hecho lo suficiente para que su fama perdure a través de los siglos.
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Después de puesta la vida
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al tablero;
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después de tan bien servida
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la corona de su rey
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verdadero;
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después de tanta hazaña
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| diciendo: -«Buen caballero | | |
| dejad el mundo engañoso | | |
| y su halago; | | |
| vuestro corazón de acero | | |
| muestre su esfuerzo famoso | | |
| en este trago; | | |
| y pues de vida y salud | | |
| hicisteis tan poca cuenta | | |
| por la fama, | | |
| esfuércese la virtud | | |
| para sufrir esta afrenta | | |
| que os llama. | | |
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| «No se os haga tan amarga | | |
| la batalla temerosa | | |
| que esperáis, | | |
| pues otra vida más larga | | |
| de la fama gloriosa | | |
| acá dejáis, | | |
| (aunque esta vida de honor | | |
| tampoco no es eternal ni verdadera) mas, con todo, es muy mejor que la otra temporal, perecedera [...] | | |
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| «Y pues vos, claro varón, | | |
| tanta sangre derramasteis | | |
| de paganos, | | |
| esperad el galardón | | |
| que en este mundo ganasteis | | |
| por las manos; | | |
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y con esta confianza
y con la fe tan entera
que tenéis
partid con buena esperanza
que esta otra vida tercera
ganaréis.»
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[responde el Maestre]
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| -«No tengamos tiempo ya | | |
| en esta vida mezquina | | |
| por tal modo, | | |
| que mi voluntad está | | |
| conforme con la divina | | |
| para todo; | | |
| y consiento en mi morir | | |
| con voluntad placentera, | | |
| clara y pura, | | |
| que querer hombre vivir | | |
| cuando Dios quiere que muera, | | |
| es locura. | | |
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Triunfo de la Muerte, Clusone. |
Las dos primeras coplas donde encontramos los famosos versos "Recuerde el alma dormida..." puedes escucharlas aquí
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