Esta vez la palabra de la semana la tomamos del inglés. Se trata de "mockumentary", acrónimo formado a partir de mock (broma) y documentary (documental), es un género televisivo y cinematográfico que, a partir de las características del documental, crea un testimonio ficticio. El término fue acuñado por el director Rob Reiner.
No es un término nuevo. De hecho, junto a otros formatos cinematográficos más o menos novedosos, aparece recogido ya por la Fundeu en 2009. El motivo de que lo elijamos como palabra de la semana es que hace 48 horas que se usa este término para designar un programa que emitió la cadena La Sexta el pasado domingo 23 de febrero. Aprovechando que ese domingo se cumplían 33 años del intento de golpe de estado, el periodista Jordi Évole construyó este falso documental dando voz a reputados personajes del mundo periodístico, político e incluso artístico (lo que ayudaba a reforzar su veracidad) según el cual el Golpe de estado hubiese sido un montaje con la finalidad de defender la democracia y la figura del Rey.
A continuación podemos ver cómo varios medios de comunicación recogían el impacto de este programa utilizando el neologismo que nos ocupa.
Hay antecedentes de mockumentary en otros países que han levantado igual o superior polémica. En 2002 Estados Unidos y medio mundo se estremeció por las declaraciones que se hacían en Operación luna, según la cual el hombre nunca habría llegado a la luna, sino que todo hubiese sido un gran montaje. La presencia en el documental de secretarios de estado, astronautas y políticos de nuevo contribuía a darle un carácter de verosimilitud. Lo mismo les sucedió a los belgas en 2006 tras el visionado de Bye bye Belgium sobre la supuesta independencia de Flandes. Pero hay quien retrotrae sus orígenes a la famosa Guerra de los mundos de Orson Welles, versión radial que creó la alarma al convertir en noticia (aparentemente real) una novela y hacer creer a los oyentes que los marcianos estaban gaseando la tierra.
A la espera de que la RAE proponga una expresión más adecuada o adaptada al castellano, incorporaremos esta palabra a nuestro vocabulario para estar al día.
Y es una forma irritante pero fantástica de hacer confluir algo tan antagónico como el periodismo y la literatura de ficción. Muy interesante porque vivimos en medio de falsas verdades, crónicas manipuladas y desinformaciones, y hay demasiados medios informativos distorsionadores y verdades bajo llave, y sin embargo, en apariencia, todo pasa por normal. Évole vino a decir: ojito, a ver qué te crees... ¡Un saludo!
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