Seguro que más de una vez has oído esta palabra para designar personas ridículas, extravagantes hasta el punto de resultar risibles por su forma de vestirse o por su atuendo, pero, lo que significó en un primer momento era "predicar inútilmente", por el caso omiso que se hizo de las palabras de San Pablo; luego pasó a significar "decir algo extravagante" y, de ahí pasó al significado actual, calificando a personas extravagantes en su vestimenta o forma de comportarse.
El origen de la palabra está en la expresión "ad ephesios", es decir, los habitantes de la antigua ciudad de Éfeso, unos de los muchos destinatarios que tenían las epístolas del apóstol San Pablo.
En su acepción antigua, eso es lo que suelo yo hacer con frecuencia.
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