Vagar primaveral, de R. Robert Lewis |
Con la ambulancia conseguiremos andar hacia el hospital o, incluso, al ambulatorio, donde recibiremos tratamiento médico pero luego podremos volver a casa porque no requiere internamiento.
Dejando atrás los preámbulos, que son las introducciones de un texto escrito, o bien los rodeos antes de entrar en asunto (literalmente, lo que decimos "antes de ponernos a andar") que nos lleven a deambular - esto es, a "andar de un lado a otro sin dirección predeterminada"- en este recorrido, nos fijaremos ahora en dos palabras bastante conocidas: sonámbulo y noctámbulo, que esconden la raíz que estamos tratando.
En efecto, el sonámbulo no solo "anda en sueños" sino que es capaz de realizar algunos actos como comer, levantarse, hablar, debido a su estado de sonambulismo; Las mismas cosas hace el noctámbulo que "anda por la noche" y también puede realizar una serie de actividades. En algunos casos, de hecho, resulta difícil distinguir al sonámbulo y al noctámbulo dado que el estado de vigía, despierto que se le presupone al noctámbulo a diferencia del noctámbulo no siempre está bien definido.
Por último, está claro que con un vocabulario amplio nos sentiremos seguros y no nos sentiremos en la cuerda floja como le sucede al funambulista, que es el artista circense que anda sobre el alambre.
¿Y podríamos decir que el que deambula es peripatético?
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