Dolce far niente, de J. Waterhouse |
Aunque el término pueda no resultarnos conocido, el caso es que a lo largo de nuestra historia y nuestra literatura hay ejemplos de que los españoles tenemos tendencia a procrastinar. Quizás el ejemplo más conocido sea el famoso artículo Vuelva usted mañana, de Mariano José de Larra, que ya muestra como ya en el siglo XIX los españoles, fuera cual fuera su oficio, no dejaban de postergar, de "procrastinar" sus tareas.
No obstante, lo que podría considerarse una tendencia inocua, un sinónimo de pereza o de dejadez, puede trastorno del comportamiento. Pero para que lleguemos a ponernos en manos de especialistas tenemos que estar hablando de palabras mayores y no de una mera ligereza a la hora de cumplir nuestras obligaciones.
llegar a ser considerado un
Os dejamos unas viñetas, dos de ellas protagonizadas por un conocidísimo procrastinador, Felipe el amigo de Mafalda, que esperamos que contribuyan a que el concepto os quede claro.
Eso de procrastinar se nos da muy bien a los españoles.
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