Este castigo, que se remonta a la Grecia antigua, se tomaba por consenso de la asamblea, que era quien decidía, por mayoría absoluta, apartar de la comunidad, bien temporalmente, bien para siempre, a las personas que suponían algún perjuicio o molestia para las instituciones.
Aunque "ostracismo" remita directamente a "ostra", no siempre el nombre del candidato a ser expulsado se escribía en conchas nacaradas, sino en piezas rotas de cerámica que tenían una forma que recordaba a la concha (de hecho, tenían material de sobra para escribir el nombre de los candidatos porque las asambleas se realizaban al pie de la colina del Cerámico, el barrio alfarero de Atenas).
Imagen tomada del blog triángulo equiladtere |
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