domingo, 1 de junio de 2014

¿Ubi sunt las vuvuzelas?

Hace ya cuatro años una palabra (y el objeto ligado a esta) irrumpió estruendosamente (nunca mejor dicho) en nuestras vidas: se trata de "vuvuzela" ( o "vuvucela". Respecto a cómo escribir esta palabra remito a una fantástica explicación a cargo de Sandro Cohen), una trompeta larga que emite un sonido similar al barritar de los elefantes,  que inundó los estadios de Sudáfrica (y los bares españoles, y los metros, y las calles y...) durante el Mundial de Sudáfrica.
No obstante, este instrumento se usaba ya en los años 60 pero se popularizó en el Mundial de Argentina (1978), aunque en aquella época eran de estaño. A su difusión mundial contribuyó, no solo una poderosísima campaña de marketing sino el hecho de que se fabricasen de plástico, lo que abarató su producción.

La etimología de esta palabra es incierta. Algunos la asocian al zulú y a la palabra "vuvu", que significa
"sonar con estruendo", pero esta explicación no es definitiva.

Lo que sí es inegable es que llegó con fuerza, y se fue en silencio. Tendremos que esperar tres semanas para saber si a  los aficionados les compensa buscar y desempolvar las vuvucelas made in China que compraron en el 2010 o sucumbir ante la nueva moda global que algún avispado se sacará de la mano y que, gracias al boca boca (¿cuándo se cambiará esta expresión por el "muro a muro") real y virtual, se hará millonario en poco tiempo gracias al aborregamiento colectivo que sufrimos desde hace tiempo y que nos lleva a hacer cualquier cosa y seguir cualquier moda para formar parte de la mayoría. Tres semanas, y tendremos la solución (y algún trasto nuevo en nuestra casa).








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