Esta característica de los textos hace que tengamos que elegir el registro adecuado, es decir, escoger entre un estilo formal, coloquial o familiar, dependiendo de a quién nos estemos dirigiendo a la hora de establecer la comunicación. Por ello un político en un mitín no se dirigirá a su auditorio con un "¿Qué pasa tíos?", del mismo modo que a nuestros amigos no les preguntamos "¿Tu coyuntura actual cómo se desarrolla?" pues sería un modo inadecuado de dirigirnos al interlocutor. Es inadmisible pensar en el presentador de un informativo informando de que algún personaje conocido "La espichó"
Asimismo, también hay que tener en cuenta el nivel sociocultural del hablante que nos lleva a elegir entre un nivel culto o medio (hay que huir absolutamente del nivel vulgar). Aunque lo ideal es aspirar a usar un nivel culto, quizás si lo utilizamos en un contexto inadecuado con una persona que no tiene porqué compartir nuestro nivel o porque nos estamos pasando de listos y, queriendo presumir de conocimientos en un contexto inadecuado, lo que hacemos es lingüísticamente inaceptable. ¿Imagináis el ridículo de un experto biólogo marino pidiendo una tapa de cefalópodos en un bar? ¿El de una orgullosa madre presentando a su infante a sus amigas?
Así que ya sabes, tienes que saber emplear la lengua adecuada a cada contexto y a cada interlocutor. Para ayudarte a entender lo inadecuado de emplear un nivel o un registro inadecuado, te dejamos con este divertido gag de Jose Mota.
Pues tendré que aplicarme el cuento.
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