Este término hace referencia a la puesta en circulación de productos que tienen ya marcada de antemano el final de su vida útil. Pasado ese tiempo el producto comienza a tener fallos o a no ser operativo (el ejemplo más usual es el de las baterías de los teléfonos móviles, que cada vez tienen menos duración). Relacionado con este término está el de obsolescencia tecnológica, que está asociada no al fabricante sino al consumidor que ve el producto que posee como anticuado y necesita o quiere cambiarlo para estar a la moda o a la última, aunque el producto aún está en uso.
Lo más curioso de todo es que este término que parece tan moderno empezó a difundirse en los años 30 a partir de una idea deBernard Lombon para salir del crac del 27: si los productos estaban poco tiempo en circulación, crecería el comercio y se podría reflotar la economía.
Esta práctica ha inspirado documentales, como el ya famoso "Comprar, tirar, comprar"
Cortos animados que invitan a la reflexión, como iDiots
Artículos de opinión, como el siguiente de Carrmen Posadas Obsolescencia programada
O ensayos como Hecho para tirar, al que podemos acceder de modo gratuito desde este enlace
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Un tema para la reflexión y para el debate, aunque...¿quién sabe si cuando leáis esta entrada ya está obsoleta y tanto la tendencia como la palabra están pasadas de moda?
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