lunes, 21 de abril de 2014

Filibusterismo

La palabra filibusterismo nos hace pensar en los filibusteros, un tipo de pirata que actuaba en el mar de las Antillas durante el siglo XVII, siempre cerca de la costa, sin adentrarse mar adentro como hacían los bucaneros o los corsarios. Su etimología, no muy clara, presenta dos posibilidades: que venga de "flyboat" (barco que vuela, debido a la velocidad con que se alejaban una vez cometida su rapiña) o de "free booter" (merodeador libre, independiente, porque, a diferencia de otros piratas, no pactaban ni se repartían ganancias).

Pero el término "filibusterismo" va más allá de los saqueos y pillajes. Es el nombre con el que
se designa a la táctica de tomar la palabra en el parlamento y hablar horas y horas, incluso de temas que no tengan que ver para bloquear una ley, su aprobación o interrumpir un acto legislativo cualquiera o la normalidad de la cámara. 

Este Obstruccionismo parlamentario no es válido en todos los países, ni siquiera en todos los parlamentos de un mismo país. Por ejemplo, en Estados Unidos el Senado puede resolver una "resolución de clausura" (es decir, mandar callar a quien está en posesión de la palabra) mediante el voto de las tres quintas partes de los miembros de la cámara. 

La postura no es nueva. Ya en su momento Julio César (S I A.C.) tuvo que escuchar los larguísimos parlamentos de Catón el Joven (nieto de Catón el Viejo) para oponerse a sus leyes agrarias que beneficiaban a los veteranos, o cuando se manifestó en contra del nombramiento de César como gobernador de la Galia. Sin embargo, en la actualidad, es en Estados Unidos donde esta práctica motiva titulares de vez en cuando, como en el caso siguiente: una senadora bloquea una ley contra el aborto después de hablar durante 10 horas. 




De momento, nadie ha conseguido igualar el récord del senador Strom Thurmond que,en 1957, habló durante 24 horas y 18 minutos para oponerse a una ley que promovía la igualdad entre blancos y negros. Otros personajes y actuaciones los podemos encontrar en esta  entrada del blog Comunicación (política) y relaciones públicas.

El mundo del cine, en uno de sus clásicos más aplaudidos, Caballero si espada, muestra cómo un utópico James Stewar denuncia públicamente la corrupción de varios de sus colegas políticos en un discurso final inolvidable. Aquí reproducimos el momento final del discurso, un alegato a favor de la honradezque condena la corrupción. 


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