Circula por Internet un material bastante divertido sobre cómo inflar un curriculum vitae utilizando expresiones rimbombantes y elaboradas. Aunque el material no tiene tono intelectual y simplemente se limita a usar el lenguaje de modo lúdico, en el fondo trasluce una realidad más compleja: la necesidad que tenemos de dar otro nombre a las cosas, ideas, acciones... a todo, para que suene mejor.
Ciertamente parece que estamos viviendo una moda que consiste en "rebautizar" profesiones y oficios de toda la vida de un modo más rebuscado, bien para ganar prestigio, bien por un afán de revalorizar una profesión, bien para que - en caso de que se ofrezca un puesto de trabajo- parezca superior al que es, o, simplemente, desbordados por la fiebre eufemística que sobrevuela la lengua.
Imagen tomada del blog En la luna de Babel |
Por eso ahora están en desuso y relegados términos como "chacha," "mucama", "asistenta" o "empleada de hogar " y se emplea"colaboradora doméstica". Los "administrativos" realizan las funciones que antes realizaban los "oficinistas", las "azafatas" no cobran menos que las "axiliares de vuelo" y los "enfermeros" siguen pensando que hacen exactamente lo mismo que los "auxiliares de enfermería".
Tenemos, entonces, la opción de rizar el rizo y entrar en el juego que ya desde hace tiempo pulula por la Red. Renombrar profesiones de modo que hablaríamos de "Especialista en Logística y distribución de Documentos" en vez de "Mensajero" o de "Abastecedor Cualificado de Sólidos y Líquidos en Lugares de Alta Concentración" para referirnos al "vendedor de bebidas y chucherías en estadios o similares".
Es lo que te proponemos en esta actividad. Que te tomes la lengua como un juego e intentes adivinar a qué trabajo nos referimos con esos eufemismos tan elaborados (y tan innecesarios).
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