viernes, 30 de agosto de 2013

Ejemplos de registros lingüísticos tomados de los Ejercicios de estilo, de Raymond Queneau

Dentro de las variedades de la lengua, esto es, de qué formas puede un hablante usar una lengua, están los registros lingüisticos - también llamados variedades diastráticas- que son las formas de hablar dependiendo del contexto. Está claro que, por ejemplo,  una persona no cuenta de igual manera un accidente de tráfico delante de un juez ante el que tenga que declarar, que ante gente que haya presenciado tal suceso o en la versión que le de a sus amigos. En el primer caso usará un registro formal; en el segundo un registro estándar y en el tercero un registro informal.

Raimond Queneau, en sus Ejercicios de estilo (1947), presentó la misma historia ¡de 99 formas distintas!, de modo que no es difícil buscar ejemplos de registros en esta obra. Comenzamos proporcionándote la versión estándar para que luego la compares con la versión ampulosa,la jergal, la amanerada.., apropiadas o inapropiadas según la situación comunicativa. Recuerda que para "controlar" la lengua hay que controlar también el contexto en que vas a usarla, el tipo de destinatario, su nivel, su edad...es decir, tienes que escoger el registro adecuado porque todos son correctos, pero hay que saber cuándo usarlo


Relato
Una mañana a mediodía, junto al parque Monceau, en la plataforma trasera de un autobús casi completo de la línea S (en la actualidad el 84), observé a un personaje con el cuello bastante largo que llevaba un sombrero de fieltro rodeado de un cordón trenzado en lugar de cinta. Este individuo interpeló, de golpe y porrazo, a su vecino, pretendiendo que le pisoteaba adrede cada vez que subían o bajaban viajeros. Pero abandonó rápidamente la discusión para lanzarse sobre un sitio que había quedado libre.
Dos horas más tarde, volví a verlo delante de la estación de Saint-Lazare, conversando con un amigo que le aconsejaba disminuir el escote del abrigo haciéndose subir el botón superior por algún sastre competente

Ampuloso
A la hora en que comienzan a agrietarse los rosados dedos de la aurora, cabalgaba yo, cual veloz saeta, en un autobús, de imponente alzada y bovinos ojos, de la línea S de sinuoso periplo. Advertí, con la precisión y agudeza del indio presto al combate, la presencia de un joven cuyo cuello era más largo que el de una jirafa de pies ligeros, y cuyo sombrero de fieltro hendido estaba ornado con una trenza, cual héroe de un ejercicio de estilo. La funesta Discordia de senos de hollín vino con su boca hedionda por desdén del dentífrico; la Discordia, digo, vino a inocular su maléfico virus entre este joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero, y un viajero de borroso y farináceo semblante. Aquel dirigióse a este en los siguientes términos: <<¡Óigame, malvado ser, diríase que usted me está pisoteando adrede!>> Así exclamó el joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero y fue, presto, a sentarse.
Más tarde, en la plaza de Roma, de majestuosas proporciones, reparé de nuevo en el joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero, acompañado de un camarada, árbitro de la elegancia, el cual profería esta crítica que me fue dado percibir con mi ágil oído, crítica dirigida a la indumentaria más externa del joven del cuello de jirafa y trenza alrededor del sombrero: <<Deberías disminuirle el escote mediante la adición o elevación de un botón en la periferia circular. >>


Jergal
O sea, qué palo, colega, el cacharro no venía ni pa tras. Y yo que llegaba tarde al curre. Y luego, qué alucine, qué pasote, iba lleno cantidad. Y me veo, o sea, un chorbo cantidad de pirao, con un


sombrero cutre mangui perdido. Y de pronto le dice a un pringao que lo estaba pisoteando, el muy plasta, que le había dejado el pie chungo. De pena, colega. Jo, qué demasiao, qué fuerte. ¡No veas! Y en pleno mosqueo, al tío le da corte, pasa total y se larga, a sentarse a toda leche.
Y, o sea, dos horas más tarde, vaya tela, colega, me lo veo enrollao con un tronco que le comía el coco diciéndole que estaría guay con otro botón en la chupa. De buten. ¿Vale o no vale, tío?

Amanerado
Eran los aledaños de un julio meridiano. El sol reinaba con todo su esplendor sobre el horizonte de múltiples ubres. El asfalto palpitaba dulcemente, exhalando ese tierno aroma de alquitrán que origina en los cancerosos ideas a la par pueriles y corrosivas sobre el origen de sus dolencias. Un autobús, de librea verde y blanca, blasonado con una enigmática S, vino a recoger, junto al parque Monceau, un pequeño pero agraciado lote de viajeros candidatos a los húmedos confines de la disolución sudorípara. En la plataforma trasera de esta obra maestra de la industria automovilística francesa contemporánea, donde se amontonaban los transbordados como sardinas en lata, un pillastre que frisaba la treintena y que llevaba, entre un cuello de una longitud cuasi serpentina y un sombrero cercado por un cordoncillo, una cabeza tan sin gracia como plúmbea, alzó la voz para lamentarse, con amargura no fingida y que parecía emanar de un frasco de genciana, o de cualquier otro líquido de propiedades semejantes, de un fenómeno consistente en empujones reiterados que, según él, tenían como causante a un cousuario presente hic et nunc de la S. T. C. R. P. y le dio a su lamento el tono agrio de un viejo vicario que se hace pellizcar el trasero en un mingitorio y que, por excepción, no le apetece en absoluto tal delicadeza y no entra por uvas. Pero, al descubrir un sitio libre, se lanza en pos de él.
Más tarde, cuando el sol había bajado ya algunos peldaños de la monumental escalera de su parada celeste, y cuando de nuevo me hacía vehicular por otro autobús de la misma línea, observé al mismo personaje descrito anteriormente moviéndose en la plaza de Roma de forma peripatética en compañía de un individuo eiusdem estofae que le daba, en esta plaza consagrada a la circulación automovilística, consejos de una elegancia tal que no iba más allá de un botón.



Acabamos con una viñeta del genial Forges que demuestra la capacidad
que tienen algunos hablantes de cambiar de registro en cuestión de segundos.


¿Te atreves a crear tu propia versión? ¿Al estilo locutor deportivo, cronista taurino, periodista del corazón, sms?




jueves, 29 de agosto de 2013

Crucigrama de perífrasis verbales

Supongo que ya controlas el mundo de las perífrasis verbales. Demúestralo resolviendo este crucigrama



Perífrasis verbales crossword puzzle game » crossword creator


Si necesitas ayuda, aquí tienes un buen enlace donde revisar la teoría 

miércoles, 21 de agosto de 2013

Las siglas NO tienen plural

Se considera sigla a la expresión formada a partir de la letra inicial de las palabras que componen una expresión más compleja, excluyendo preposiciones y nexos; actualmente se escriben sin usar puntos ni separaciones gráficas: EGB (Educación general básica), UE (Unión Europea), DNI (Documento nacional de identidad); en caso de que su referente sea plural, se duplican las letras que conforman la sigla: EEUU (Estados Unidos de América), CCOO (Comisiones obreras).

Este procedimiento no es exclusivo de la lengua castellana; es más: hemos incorporado a nuestra lengua siglas de otros idiomas sin que, a veces, seamos capaces de rastrear cuál es el referente que se esconde detrás de esta sigla: FBI (Federal Bureau of Investigation) KGB (Komitet gosudárstvennoy bezopásnosti, literalmente: «Comité para la Seguridad del Estado»), FIAT (Fabbrica Italiana Automobili Torino), FIFA  (Fédération Internationale de Football Association).

El problema viene cuando el hablante ya no percibe la sigla como tal, sino que la ha lexicalizado y la considera como un sustantivo; a partir de ahí es frecuente escribir esa sigla con minúscula e, incluso, proporcionarle plurales: La ufología es el estudio de los *ovnis; ¿cuándo quieres que te devuelva tus *dvds? Es este un error muy extendido  que debemos evitar porque, como nos recuerda la RAE, las siglas son invariables, y hay que recurrir a los artículos y adjetivos determinativos para indicar pluralidad  de modo que lo correcto sería:  La ufología es el estudio de los OVNI, y ¿cuándo quieres que te devuelva tus DVD?


Por otra parte, no debemos confundir las siglas con los acrónimos ni con las abreviaturas...pero eso es asunto de otra entrada.


Imagen tomada de Técnicas para la memoria

martes, 20 de agosto de 2013

Palabras "coloristas"



He encontrado este interesante enlace que recoge el artículo escrito por Arturo Ortega Morán y que fue publicado en la revista Rinconete, del Centro Virtual Cervantes, el 7 de junio del 2005.  Aquí reproduzco el artículo prácticamente en su totalidad. Espero que os guste tanto como a mí.


Vivimos en un mundo de colores, y más allá de percibirlos con los ojos, podemos encontrar en sus nombres historias interesantes que, sin fallarle, podemos decir que son de gran colorido.





Verde
Imaginar un paisaje campestre es imaginar el verde, que está ahí como fondo elegido por la naturaleza para colorear al reino vegetal. No es raro, entonces, que de este nombre hayan surgido voces como verdura, para referirnos a los vegetales con los que hacemos ensaladas, y vergel, para nombrar a los paradisíacos lugares en los que se cultivan árboles y flores.

Voz menos romántica, pero que también derivó del verde es verdugo. Así llamaban a quien ejercía el infame oficio de flagelar y, aún, dar muerte a los condenados. Una típica herramienta de trabajo de estos personajes era un verdugo; llamado así porque era una vara aún verde. Con este instrumento, se garantizaba dejar en las espaldas de los clientes, impresionantes verdugones (heridas hechas con un verdugo). Después, por ese proceso del lenguaje que los académicos llaman metonimia, verdugo paso a denominar a quien, de aspecto fornido, tenebroso y con capucha negra, usaba esta herramienta.

Rojo
En latín, russeus era el color rojo, y rubeus se llamaba a algo rojizo. De ahí, habrían de nacer en castellano palabras como: rubí, para nombrar a la piedra preciosa de color rojo; roble, el árbol cuyo color recuerda al rojo; rubéola, por el color de la erupción en la piel y rubor, el semblante rojizo que adquiere una persona al sentir vergüenza o coraje. Entonces, algo ´anormal´ hay cuando llamamos rubios a las personas de pelo amarillo, pero eso es cuestión de los matices que van adquiriendo las palabras en su largo viaje.
Mención especial merece la palabra rúbrica. Llamada así porque en antiguo, los documentos se firmaban con tinta roja, quizá, como remembranza de un tiempo en que las firmas se estampaban con sangre.

Amarillo
Del amarillo, se cuenta una historia interesante. La palabra latina amarus significa amargo y su diminutivo es amarellus. Los antiguos observaron que cuando a alguien se le ponía la piel amarilla, era común que también sufría de un sabor amargo en la boca. Es muy probable que se tratara de
enfermos de ictericia. Quienes padecen esta enfermedad, producen una cantidad anormal de pigmento biliar, que es la causa de estos síntomas. Así, de asociar el sabor con el color , nacería el color "amarguillo" que hoy decimos "amarillo".

Caqui
Color de nombre extraño es el caqui, muy usado en uniformes militares. Khak, en lengua persa, significaba polvo o tierra. De ahí pasó a la India, donde en lengua urdu (la que se habla en Cachemira), se acuñó el término khaki (polvoriento). En tiempos de la dominación británica, la ropa del ejército Indio era de color tierra, de ahí que los nativos le llamaran khaki a estos uniformes. Al principio, la palabra se usó sólo en la India, pero, en la guerra de los Boers, entre ingleses y colonos holandeses que se produjo en Sudáfrica (1899-1902), el uso de este color se generalizó para los uniformes militares y la palabra se difundió con rapidez por el mundo. .


El adverbio : teoría y algo de práctica

El adverbio es un tipo de palabra invariable, esto quiere decir que no varían sus terminaciones para indicar género, número o marcas de persona, tiempo, modo...Esto, que parece obvio, nos puede resultar de ayuda cuando dudamos de si una palabra es adverbio o no.
Veamos el ejemplo

Si trabajas mucho, aprobarás.
Haz muchos ejercicios, y aprobarás.
Con mucha suerte, aprobarás.

De los tres casos anteriores, debemos descartar que sean adverbios "muchos" y "mucha", porque en el primer caso tiene una marca de plural (-s) y en el segundo una marca de género(-a) para concordar con los sustantivos a los que acompañan. Esto nos lleva a la segunda característica del adverbio: acompaña a verbos (de hecho, "adverbio" significa, literalmente "al lado del verbo"), adjetivos calificativos y otros adverbios. Ejemplos de esto serían, respectivamente, No vengas (el adverbio "no" acompaña al verbo "vengas"); parece bastante sencillo (el adjetivo "sencillo" está modificado por el adverbio "bastante"); eso queda muy lejos (dos adverbios juntos: muy y lejos, donde el primero modifica al segundo).

Hay distintos tipos de adverbios:


¡Ojo! Algunos creéis que todos los adjetivos acabados en -mente son de modo, y esto es inexacto. Vamos a ver ejemplos de adverbios acabados en -mente que tienen otros valores:

Indudablemente fue una ganga (afirmación = sí, en efecto)
Es extremadamente caro (cantidad= muy, demasiado)
Posiblemente vaya este fin de semana al cine (duda = quizás)

En el blog gramaticas.nethttp://www.gramaticas.net/2010/08/listado-de-terminos-gramaticales.html, entre otros muchos materiales, puedes encontrar teoría y práctica sobre este tipo de palabra, así que te recomendamos este enlace para llegar a controlar totalmente todos los aspectos relacionados con el adverbio, con ejercicios tan curiosos como "Gramático y la aventura del adverbio perdido"







domingo, 4 de agosto de 2013

La fonética puede ser divertida

En el siguiente video del grupo argentino Les Luthiers, tomado de su espectáculo Cardoso en Gulevandia, verás como la fonética puede estar en la base de gans humorísticos. Si bien en castellano no se corresponde para la grafía "b" el sonido oclusivo bilabial sonoro /b/, y para la "v" el africado bilabial, sino que convergen ambos en el oclusivo bilabial sonoro, esto no es óbice para utilizar esta diferencia para el siguiente sketch



Aquí tienes el guión original, por si en la audición has perdido algún detalle.

Marcos Mundstock:Muchos especialistas sostienen que algunos animales son sensibles a la música, Mastropiero entre ellos... entre los especialistas. Tal vez la experiencia más fascinante de Mastropiero sobre los sonidos que emiten los distintos animales fue la que realizó con un rebaño de ovejas, en la hacienda de su amigo Gustav Schafdörfer. Allí comprobó que el 37% de los ovinos estudiados proferían un sonido que se iniciaba con un ataque bilabial nasal laríngeo, similar a una "M", seguido por una reiteración en staccato de un sonido de "E" abierta gutural, con resonancias palato-alveolares; o sea "Meeeee". El restante 63% reemplazaba el ataque bilabial nasal, por un ataque bilabial fricativo laríngeo, "Beeeeee". Además, del total de ovejas que emitían "Beeeeee", un 12% también podía emitir "Meeeee", y las llamó ovejas de balido mixto, ambivalentes o ambibalantes. Por otra parte, si bien algunas "Beeeeee" podían "Meeeee", ninguna "Meeeee" podía "Beeeeee", salvo "queeeeeee" estuviera en la proximidad de una "Beeeeee" ambibalante, en cuyo caso dicha "Meeeee" no hacía ni "Meeeee", ni "Beeeeee", sino que guardaba un respetuoso silencio. Pero lo que más asombró a Mastropiero, fue que en medio del rebaño, había una oveja que no balaba como las demás y que cada vez que lo veía corría hacia él profiriendo un extraño: "Uh... uh... uh...". Mastropiero creyó encontrarse ante un hallazgo científico; grande fue su desilusión al descubrir que no se trataba de una simple oveja, sino de la hermana de Gustav Schafdörfer.
En el romance vocal e instrumental que se escuchará a continuación, Mastropiero narra un antiguo cuento infantil: "Romance del joven conde, la sirena y el pájaro cucú. Y la oveja"