viernes, 3 de febrero de 2012

Versos de Wislawa Szymborska

En 1996 el nombre de Wislawa Szymborska, prácticamente desconocida en España, se expandió por todo el mundo gracias a la concesión del premio Nobel de Literatura. No es la suya una obra muy amplia (no llega a la quincena de libros, entre poesía, ensayo y crítica) pero, como suele suceder, una vez pasado el furor por acercarse a su obra, algo "obligado" ante la figura de cualquier Nobel, dejó de figurar en las primeras páginas de los suplementos culturales y revistas de literatura.



Ahora se nos ofrece en bandeja una segunda ocasión de acercarnos a su obra, ya que el pasado 1 de febrero falleció la autora a los 88 años en Cracovia. Por ello, queremos aprovechar esta entrada para rendirle no uno, sino tres homenajes acercándonos a tres poemas suyos. Ojalá esto sirva para que nos acerquemos a conocer la obra de una autora que partía de los objetos más simples para abstraerse hacia cuestiones universales, como en el segundo poema seleccionado: la reflexión sobre que nada sucede dos veces.

En sus obituarios se ha repetido la idea de que su primera obra, Buscando palabras, podría servir para resumir toda su obra, caracterizada por los juegos de lenguaje y por su tono sorprendentre.       


        

Tres palabras extrañas

Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.



Prospecto


Soy un tranquilizante.
Funciono en casa,
Soy eficaz en la oficina,
me siento en los exámenes,
Comparezco ante los tribunales,
pego cuidadosamente las tazas rotas:
sólo tienes que tomarme,
¡ disolverme bajo la lengua,
tragarme,
sólo tienes que beber un poco de agua.

Sé qué hacer con la desgracia,
cómo sobrellevar una mala noticia,
disminuir la injusticia,
iluminar la ausencia de Dios,
escoger un sombrero de luto que quede bien con una cara.
A qué esperas,
confía en la piedad química (...)

 


 
Nada sucede dos veces...

Nada sucede dos veces
ni va a suceder, por eso
sin experiencia nacemos,
sin rutina moriremos.

En esta escuela del mundo
ni siendo malos alumnos
repetiremos un año,
un invierno, un verano.

No es el mismo ningún día,
no hay dos noches parecidas,
igual mirada en los ojos,
dos besos que se repitan (...)

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