martes, 17 de febrero de 2015

Carnaval: época de confetis.

Estamos en carnaval, época de disfraces, máscaras y desfiles bajo lluvia de confetis, palabra que, como verás, tiene una curiosa procedencia. 


SOBRE EL CONFETI

Los orígenes del confeti pueden encontrarse en diferentes lugares y épocas.
Ya hace 5.000 años se cultivaban en la antigua China rosas con el fin expreso de usar sus pétalos a modo de confeti, que se lanzaba al aire al paso de emperadores. También en la Europa de la Edad Media, se utilizaban pétalos de flores para agasajar a reyes y nobles.




Pero tenemos que llegar al Carnaval de Venecia para encontrarnos con el verdadero confeti. Los participantes se divertían arrojándose mutuamente puñados pequeños dulces hechos de almendras y azúcar (confetti, en italiano) en los salones de la nobleza. En las fiestas populares, en las que tarde o temprano siempre se acababa por imitar los usos de la clase dominante, los confites también se pusieron de moda, pero pronto fueron substituidos por el papel picado que era, sin duda, mucho más barato, aunque se le siguió llamando "confetti". Como otras palabras, al incorporarse al castellano, simplificó la doble t y es así como aparece ahora en el diccionario. 
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Con el paso de los siglos el papel con el que se confeccionaban los confetis se fue perfeccionando y y se empezó a usar papel de color brillante. Con la ayuda de ventiladores quedaban suspendidos en el aire y al descender producían efectos llamativos y festivos. Otras veces simplemente se arrojaban al aire con la mano. Hoy en día forman parte de casi todas las fiestas populares. 

 

En Estados Unidos son muy frecuentes los desfiles bajo lluvias de confetis. Se denominan "ticket tape parades. los "ticket tape" son los papeles que los revisores obtienen tras taladran los billetes de transporte. También se usaban los que  provenían de los cartones del telégrafo, en los que se hacían agujeros según las informaciones recibidas y las necesidades que se requerían. Hay quien dice que el primer "ticket tape parade" tuvo su origen en un momento de esplendor de la bolsa, pero hay quien los sitúa antes en el tiempo, en 1886 para festejar la llegada de la Estatua de la Libertad a Nueva York. 

Así que la próxima vez que te lamentes porque se te ha metido un confeti en el ojo, piensa que podría haber sido peor: te podían haber lanzado un dulce bastante más consistente y que te provocase más daño. 

¡A desfilar bajo los confetis! 

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