lunes, 4 de junio de 2012

Hay que saber mandar (y aconsejar)


Si todo el mundo sabe que hay un modo verbal destinado únicamente a dar órdenes, sugerencias, consejos, que es el IMPERATIVO... ¿por qué el hablante usual, incluso el que posee una cierta cultura, se empeña en usar el INFINITIVO en lugar del imperativo?
Seguro que sabéis de que estoy hablando. Expresiones del tipo *"Callar, por favor", *"Salir sin hacer ruido", *"Pensar dos veces antes de hablar"...o tantas otras cuando lo correcto es "Callad, por favor", "Salid sin hacer ruido" y "Pensad dos veces antes de hablar- y de usar el infinitivo incorrectamente".

Este terrible error se agrava cuando a la forma verbal se le suma algún pronombre personal. Oímos así "lindezas" del tipo *"Callaros" o *"Sentaros", cuando lo correcto es eliminar la -d del imperativo y usar "Callaos y sentaos".

Sí es válido este uso del infinitivo  cuando va precedido de preposición "A trabajar" o como indica la RAE  cuando el infinitivo aparece  con valor exhortativo en indicaciones, advertencias, recomendaciones o avisos dirigidos a un interlocutor colectivo e indeterminado, habituales en las instrucciones de uso de los aparatos, las etiquetas de los productos o los carteles que dan indicaciones, hacen recomendaciones de tipo cívico o prohíben determinadas acciones en lugares públicos: Consumir a temperatura ambiente; Depositar la basura en las papeleras; No fumar; Lavar a mano. Se trata, en estos casos, de estructuras impersonales en las que no se da una orden directa, sino que se pone de manifiesto una recomendación, una obligación o una prohibición de carácter general, en las que hay que sobrentender fórmulas del tipo Se debe consumir... / Es preciso consumirlo... / Hay que consumirlo... / Se recomienda consumirlo...; Debe depositarse la basura en las papeleras / Hay que depositar la basura a las papeleras; No se puede fumar / No se permite fumar; Debe lavarse a mano / Se recomienda lavarlo a mano.


No hay comentarios:

Publicar un comentario