Aunque también puede significar "regalo que se da al portador de una buena noticia" el uso más corriente de "albricias", que proviene del árabe, es el ya indicado, el que se emplea como expresión jubilosa.
Más curiosa es la proveniencia del vocablo "eureka" que deriva del griego εὕρηκα; concretamente es la la primera persona singular del pretérito perfecto de indicativo del verbo εὑρίσκειν, que significa "encontrar, hallar", de modo que eureka equivale a "lo encontré". Supuestamente debemos la difusión de esta expresión al ´griego Arquímedes, que tenía ante sí el reto de descubrir cuánto pesaba una corona de oro sin fundirla ni alterarla. Pensó y pensó hasta que un día, mientras se bañaba, descubrió que el agua que sobraba al introducir su cuerpo en la tina debía equivaler a su peso. A partir de ahí enunció el famoso teorema de Arquímedes, resolvió la cuestión de la corona y su grito ¡Eureka! lo hemos adoptado para expresar alegría tras desentrañar algún problema o resolver alguna cuestión.
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