Hemos elegido uno de sus sonetos más conocido. Pertenece a su obra El rayo que no cesa. Ese rayo simboliza el amor, metáfora muy lograda pues puede hacer referencia al efecto fulminante que provoca sobre quien lo recibe, puede simbolizar el amor destructor si no es correspondido, nos hace evocar las flechas que Cupido lanzaba sobre sus víctimas...
En este poema Hernández se pregunta si será posible acabar con el suplicio y el dolor al que lo está reduciendo el amor que siente; y llega a la conclusión de que no se acabará pues es él mismo quien hace crecer este amor y dolor al pensar el él.
L.B. Perrault, Las flechas de Cupido |
¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta terca estalactita el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?
Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.
Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores
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