domingo, 13 de enero de 2013

Gaznápiro, botarate, mameluco.

Todos aquellos que hayan leído alguna vez las historietas de Zipi y Zape ue recordarán la sarta de improperios que los mayores, encabezados por su padre don Pantuflo les solían dirigir. En el puesto número uno estaba "gaznápiro", que viene a significar lo mismo que simplón, ingenuo, torpe pero está cargado, sin duda, de mucha más fuerza expresiva (quizás por lo desusado).

Otro de los adjetivos predilectos para referirse a este duo de hermanos era "botarate", que, como indica la RAE, sirve para referirse a la persona sin juicio, atolondrada, cabeza loca, insensato, imprudente (de nuevo, me sigo quedando con la que proponemos, que, sin duda, de nuevo tiene mucha más fuerza).


Y, la última por hoy," mameluco", que pasó de designar a un esclavos de origen turco que luego pasaron a enrolarse en las milicias a calificar a un hombre necio y bobo, simple, zoquete....






Las tres palabras que hemos propueso figuraban en el elenco de "Reserva de palabras" una iniciativa que buscaba promover el uso de palabras que se estaban perdiendo mediante compromiso de los "padrinos" de estas palabras de usarlos el mayor número de veces posible para revitalizar su uso.

Personalmente me da pena que un léxico tan rico como el español se esté perdiendo incluso a la hora de insultar. Los insultos hoy básicamente se reducen a dos (sin nombrarlos, seguro que son los que a cualquier lector le vienen a la cabeza) y no hacemos uso de palabras tan hermosas y sonoras como las que a hoy le dedicamos la entrada.

Teniendo en cuenta que, por desgracia, estamos rodeados de gaznápiros, botarates y mamelucos, dirijámosnos a ellos con corrección. Y es más, apuesto a que si a alguno le decimos que es un gaznápiro, a lo mejor se enorgullece y todo.





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